Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.
Miguel Hernández
Según la Organización Internacional del Trabajo (O.I.T.) se define como pueblos indígenas:
«… pueblos en países independientes, considerados indígenas por el hecho de descender de poblaciones que habitaban en el país o en una región geográfica a la que pertenece el país en la época de la conquista o la colonización o del establecimiento de las actuales fronteras estatales y que, cualquiera que sea su situación jurídica, conservan todas sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas».
El último día de mi estancia en el Círculo Polar conocí lo que es un pueblo.
El pueblo SAMI.
La región de Laponia , que se extiende por Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia, tiene su propio pueblo.
Tras dos horas conduciendo desde Tromsø, llegamos a un poblado sami.
Un pueblo que no conoce de fronteras, que se compone de personas (hay unos 80.000 samis entre los 4 países), de historia, de lucha, de unión y de futuro.
Un pueblo que desde el año 11.000 antes de Cristo trabaja su tierra y ninguna otra, habla su lengua y muchas otras y lucha por crear Parlamentos para que los Gobiernos ajenos no puedan seguir decidiendo sobre la vida de sus renos.

Niña sami jugando al escondite
Los SAMIS son un pueblo que ha habitado la costa ártica desde hace miles de años, dedicado a la caza de renos salvajes y a la pesca principalmente.
A día de hoy, es sólo un 10% el que permanece dedicado a estas costumbres y además, las desarrolla de una forma nómada.
La mayoría se ha adaptado a los tiempos, viviendo en núcleos urbanos y desarrollando otras profesiones, si bien, luchan por la pervivencia de su historia.
Los niños SAMIS van a colegios como todos, pero aquellos que tienen a su familia dedicada a las tareas ancestrales, han de pasar por ley una temporada al año con ellos para poder aprender a desarrollar todas sus destrezas.
La niña sami que conocimos se encontraba precisamente en este período y nos contó, en un inglés más que aceptable para tener 11 años, que debía escribir un diario contando todas sus rutinas y presentarlo en el colegio.
A ella le encanta ser sami. Le encanta ir a guarderías acompañando as sus padres para enseñar los renos, le encanta salir en trineo, le encanta pescar en el hielo y no para de jugar en la nieve, como si fuese la primera vez que la viese.
Su padre nos contó que los niños samis adoran el campo, pero que cuando llegan a la adolescencia quieren dejar «el pueblo» para los domingos y vivir como la mayoría, con trabajos de ciudad y salarios mensuales. Nuestro amigo sami vivió en la ciudad unos años y nos contó que cuando necesitó café para poder estar con sus hijos se dio cuenta de que su corazón era de la montaña y allí volvió.

Nøltton, nuestro reno
Vive con su esposa y sus dos hijos pequeños. Los dos mayores se han alistado en el ejército noruego y el del medio estudia en la Universidad. Se reúnen cuando pueden y entiende que es difícil que decidan continuar con una vida tan alejada del tiempo actual.

¡A disfrutar!
El paseo en trineo es de lo más agradable. Consigues perderte en el inmenso y blanco silencio. En ese momento entiendes (y hasta agradeces) que el hombre sea medio tonto y prefiera vivir apelotonado en el gris, para que así siga siendo posible que estos lugares continúen existiendo.

Perros preparados para el Dog Sledding
Espero que te haya gustado conocer a los samis tanto como a mí.
Hasta pronto,
Ayarí
Ánimo con el blog. Me gusta porque es honesto.
Muchísimas gracias.
Honestidad es lo que llevamos.
Espero que te haya dejado ganas de repetir.
¡Suerte!
Que suerte!!!!
poder conocer esos lugares tan hermosos e interesantes,me gusta tu blog espero sigas contándonos todas tus aventuras me encantan, sigue no te detengas.
un beso!!!!!
Me gustó mucho el pueblo Lasmi sus costumbres, tradiciones y cultura. Muy bueno el blog.
aah que hermoso, lo vere nuevamente con más calma, soy un loco de la naturaleza y las cosas sencilla de la vida!! vivo en Bergen pero soy chileno, este mundo es muy bello, no pais…mundo. en San pedro de Atacama casi podia cojer las estrellas con mi mano…muy que ver…sabes